“Cada día el campo de la ética adquiere más importancia y relevancia en nuestras vidas, ya que su objeto de estudio es la actuación del ser humano en relación con su fin. Así pues, el ejercicio de cualquier profesión, como acto humano, es objeto de estudio de la ética; y, cuando se trata de un acto de salud, como es la provisión de un servicio, como la psicoterapia, es la ‘bioética’, como rama de la ética, la disciplina que se encarga del examen de este acto. No es una sorpresa, que la ética, la biociencia y la medicina adquieran tal relevancia, tanto en las instituciones como en la vida pública; en los medios de comunicación masiva, los periódicos, las revistas, la radio y la televisión, con frecuencia se habla de los ‘derechos de los pacientes’, se discuten problemas de ética médica, problemas morales y religiosos, con gran facilidad y familiaridad, algo que no ocurría hace cuarenta o cincuenta años. La actuación profesional está abierta al escrutinio de la sociedad y debe continuar así, en beneficio de sí misma, pues la ignorancia y el desconocimiento de su manera de operar conducen a la formación de prejuicios, llenos de hostilidad, que generan desconfianza y malas interpretaciones.” (del prólogo del Dr. Ramón Parres Saenz)
