El rey Aldeberto está muy preocupado porque es un rey muy bajito y cree que, por ese motivo, sus súbditos no lo respetan como debería. Llevado por su deseo de ser respetado, lo intenta de diferentes formas, aunque sin éxito, hasta que finalmente consigue la aprobación de su pueblo de una manera inesperada. Esta emotiva historia, acompañada de unas preciosas ilustraciones, muestra lo injusto que es valorar a las personas por sus características físicas, de las cuales no son responsables, dejando de lado las habilidades que pueden poseer gracias a su esfuerzo y su calidad humana.