"El compadrito fue el plebeyo de las ciudades y del indefinido arrabal [. . .] no hay todavÃa (de él) un sÃmbolo inevitable, aunque centenares de tangos y de sainetes lo prefiguran", decÃa Jorge Luis Borges en el prólogo de esta antologÃa que compiló por primera vez para Emecé en 1945, junto con Silvina Bullrich.