En 1945, ataviado con un abrigo alemán y un casco, Mussolini intentó escapar del avance de las tropas aliadas. Desafortunadamente para él, el convoy en el que se ocultaba fue detenido por los partisanos y su rostro, tan conocido por la propaganda fascista, lo delató. En veinticuatro horas había muerto ejecutado por sus captores. Se unió, así, a quienes había enviado prematuramente a la tumba como consecuencia de su dictadura (al menos un millón de personas, incluso más). Mussolini fue uno de los tiranos que aterrorizaron la Europa de entreguerras, pero ni él ni su régimen pueden entenderse a partir de una simple comparación con Hitler o Stalin. Al igual que aquellos, tuvo unos orígenes humildes; a diferencia de ellos, mantuvo una vida familiar tradicional, con esposa y amantes, y a su manera buscó ser un intelectual. Este libro nos permite acercarnos más que nunca a una valoración de la vida y los hechos de Mussolini en el mundo político y en la sociedad en que actuó. Con gran habilidad y fuerza, y a partir de un amplio número de fuentes, este estudio soberbio sobre Mussolini (Ian Kershaw) traza un retrato de la brutalidad y el fracaso del dictador y del régimen fascista atemperados por el hecho de considerar a Mussolini como un ser humano no muy distinto a la mayoría de sus contemporáneos.