De aspecto y voz de gigante, Peregil siempre cuenta historias mínimas que, sin embargo, y haciendo honor a su apodo, desprenden un sabor inmenso. Es hijo, nieto y bisnieto de “Peregiles” y todo viene de un hombre bueno y gracioso llamado realmente José Pérez Gil, al que se le quedó aquello de “Peregil”. Además de regentar su taberna Quitapesares, junto al célebre Hotel Don Paco de Sevilla, siempre repleto de autobuses de turistas, cantera de personajes y ambientes únicos como Peíto y Risitas, es cantaor y saetero, poeta a su manera y rociero, además de enorme enamorado de Sevilla y sus dos semanas grandes, la Feria y la Semana Santa, fecha en las que no duda en asomarse a cualquier balcón para cantarle a todas las Hermandades de Sevilla. De todo ello puede contar mil y una historias dejando pellizcos de su enorme y singular gracia