Pasan los siglos como mansos bueyes. Pasan las canas en una multiplicación sistemática y clandestina. Pasa mi padre hacia donde le aguarda el suyo. Pasan todos cuantos conozco, todos aquellos que amo. Somos lentos forajidos que inventamos los mitos, las religiones y la historia, el lenguaje y las drogas y el amor, únicamente porque sabemos que vamos a morir.