Que yo es otro siempre lo han sabido los poetas. Por eso en sus palabras a menudo resuenan otras voces, las de quienes no pueden o no saben o no pensaron nunca en decir su experiencia, sus sueños. Que yo puede ser muchos es la base de toda poesía dramática, ya que los personajes del drama hablan por boca del autor y éste, que los creía suyos, se sorprende al oírlos. Desgajado del teatro, del que procede, el monólogo dramático, al igual que los heterónimos o la esencial heterogeneidad del ser permiten al poeta un juego de epejos y espejismos en el que estar y no estar a un tiempo, en el que ser otros y ser él, siempre conforme y según. En Otros labios me sueñan diversos protagonistas hablan en primera persona. Son textos para leídos en voz alta, o en su defecto, para evocar su escucha.