La detective Warshawski llega a los cuarenta sin que eso afecte a los principales rasgos de su personalidad. Sigue siendo la mujer independiente, solitaria, aparentemente dura e incapaz de ordenar su vida doméstica y sentimental que ya conocimos en sus anteriores apariciones. En esta ocasión vuelve a hacerse cargo de la causa de los desheredados encarnada en dos de sus vecinos del barrio. En esta doble actividad, Warshawski se asomará a la problemática de los ancianos en una sociedad despiadada que no duda en aprovecharse de sus miembros más desfavorecidos. Encuadernación: Rústica.