Los libros no deberÃan nunca renunciar a su principal prerrogativa, que es la de ser leÃdos de principio a fin. Sin embargo los libros de artÃculos, como Tururú... y otras porfÃas , escritos para la prensa, no suelen tener buena prensa o se les tolera con esa benevolencia que nos arrancan los proyectos insuficientes: la gente los considera de mérito desigual e inconexos, lo que no tiene por qué ser exacto, si se escribieron siempre sobre la misma nota, con delicada insistencia.