El protagonismo de las elites en la promoción de las artes ha sido una constante a lo largo de los siglos pues, a traves de ello, manifestaban su posición social, económica y, en definitiva, su poder. Esta obra estudia el papel que han jugado reyes, nobles y burgueses ennoblecidos, diócesis y órdenes religiosas, en esa promoción interesada, de prestigio o de control social. A traves de numerosos signos de preeminencia, estas elites trasladaron al resto de la sociedad su autoridad y poder, dedicando toda su existencia a su constante fortalecimiento. En ocasiones, esos objetivos se llevaron a cabo con enfrentamientos entre las propias elites al defender determinados patronatos o lugares de representación. En este libro se presentan ejemplos, como códices miniados, sagrarios renacentistas y palacios, retablos e iglesias colegiales barrocas.