Al escribir las obras que integran este volumen - Ricardo II (1595-1596) y las dos partes de Enrique IV (1597- 1598) -, el dramaturgo William Shakespeare (1564- 1616) daba un salto atrás en el tiempo. Ya habían aparecido las tres partes de su Enrique VI y el epílogo o cima de ellas que es Ricardo III, cuya conclusión nos coloca en el principio de la dinastía Tudor. Luego de esto, se planta Shakespeare con la imaginación en la Edad Media para concluir estos dramas históricos.