Los griegos son un pueblo apasionado: apasionados con la política, con la religión, con la familia... con la vida. Al mismo tiempo, son flemáticos y fatalistas: el autobús o el ferry pueden retrasarse una hora, ¿y qué? Llegará cuando llegue. Comprender estas características opuestas es empezar a descubrir la esencia de Grecia. Ser paciente cuando se requiere paciencia, como sucede a menudo, pero disfrutar de la vida cuando se puede, con la comida, la música, la risa, el baile. Grecia continental sigue siendo una de las regiones europeas menos conocidas: montañas, lagos, desfiladeros, ríos, bosques... y, sí, también playas.