Cuatro amigos de veintipocos, veintipico, veintitantos años, que se juntan una noche de viernes y que celebran, sin saberlo, el fin de una época y el comienzo de otra, una que les acabará separando pero también les hará volver a coincidir en cualquier bar, para seguir celebrando un nuevo naufragio, ahondando en viejas heridas o parodiándose a sí mismos, para seguir haciéndose esa foto al borde del camino, un retrato agridulce pero disparatado de aquellos años posibles en los que tenían veintipocos, veintipico, veintitantos años y la vida transcurría como pez que se nos escurre de las manos...