La autoestima, la actitud que cada uno adopta con relación a sí mismo, comprende el aspecto físico, la vida emotiva, la familia, las amistades, el trabajo, la cultura, la moralidad, la sexualidad... Nuestra educación presta demasiada atención a los defectos, da por supuesto lo positivo y favorece el autocontrol en detrimento de las emociones. Nuestra cultura, además, exalta la eficiencia y el rendimiento. Sin embargo, el aprendizaje de la autoestima nos puede reportar notables beneficios en muchos sectores de la vida.