Es Peribañez labrador de Ocaña, cristiano viejo, y rico>. La figura del villano con honor, heredero más o menos directo del pastor protagonista de los orígenes del teatro castellano, era también personaje destacado en la sociedad española del Siglo de Oro. La pintura de su voluntarioso rechazo de los abusos de poder, tan voluntarioso como su asunción de la Monarquía, se codea con el relato de lances de amor y con el retrato idílico de costumbres rústicas. La combinación de esos ingredientes se da en muchas obras de la época, pero nunca mejor que en la tragicomedia de Peribáñez, a cuyo servicio pone Donald McGrady su reconocida experiencia como editor de Lope: