El hombre indigno, a la vez de libro de memorias, diario, autobiografía, novela y crónica, abarca treinta años de recuerdos, de 1927 a 1957, en una Barcelona que es telón de fondo de todas las vivencias del autor. Vivencias como destellos, momentos fulgurantes que, por una razón u otra, quedaron en su mente. Rabinad consigue fundir la trama de los recuerdos con la forma de la ficción en una historia que relata, ante todo, el despertar de la conciencia de un niño en el mundo anómalo, desbaratado y violento de la guerra y, luego, en el mundo -férreamente ordenado por los vencedores y no menos violento- de la posguerra.