E. C. Riegel (1879-1953), abogado de los consumidores y estudioso independiente del dinero, confió siempre en que las mejoras de base en el sistema del comercio harían más por la libertad y el bienestar individual que cualquier reforma política. En el centro de estas mejoras situó su concepción del dinero como un puro sistema de contabilidad entre comerciantes privados y emancipado de cualquier intervención del gobierno: El dinero como empresa privada . Se estima que actualmente más de un 10 por ciento del comercio mundial se realiza en monedas privadas y locales. Y las nuevas tecnologías no hacen sino acelerar su expansión: dólares de tiempo y cibernéticos, dinero y transferencias electrónicas, depósitos directos... El dinero se mueve, y cada día más. Si la evolución del dinero ha sido espectacular a lo largo del siglo XX, todavía lo será mucho más en las generaciones venideras. Incluso expertos conservadores están ya pronosticando un reto amenazador del sector privado a lo que todavía siguen siendo los monopolios monetarios de los bancos centrales de los gobiernos de todo el mundo. El mayor de todos los monopolios. Pero los bancos centrales, como todos los demás, van a tener que trabajarse su dinero. Negocios e individuos están organizando sus propios sistemas de intercambio, y al amparo de las nuevas tecnologías, se infiltran poco a poco en la esfera internacional. El control monolítico del viejo sistema tendrá cada vez menos sentido en esta nueva esfera de intercambio y circulación. El inabarcable futuro del dinero ya nos está haciendo señas, y encontrará en Riegel a su más decidido precursor. Muchas de las iniciativas actuales y otras que vendrán están llamadas a beneficiarse del conocimiento de sus propuestas, su contundencia y diáfana claridad.