El humanismo hebreo de Martin Buber constituye la primera introducción general a la obra de Martin Buber escrita en castellano. En ella se presenta, con rigor y claridad, la extraordinaria aportación filosófica de un pensador judío que llevó una vida profética y militante y que, en coherencia con este estilo de vida, desarrolló su pensamiento personalista y comunitario. Este pensamiento, con raíces jasídicas, atiende sobre todo a la persona en relación dialógica y se abre a la relación con el Tú eterno, desembocando en una praxis que el mismo Buber encarnó en su militancia nacional, social y religiosa. Desde su humanismo hebreo, desarrollo Buber un personalismo no al servicio del personalismo, sino al servicio de la persona. Carlos Díaz , desde una honda empatía vital con Buber, escribe este ensayo “con la esperanza de llevar a los lectores hacia las fértiles desérticas arenas, terriblemente movedizas, de un pueblo en el nunca falta un saddiq, un hombre virtuoso y profundo”.