La obra póstuma de Saint-Yves d´Alveydre titulada Misión de la India , que fue publicada en 1910 (1), contiene la descripción de un centro iniciático misterioso designado bajo el nombre de Agarttha; muchos lectores de este libro, por lo demás, debieron suponer que aquello no era más que un relato puramente imaginario, una suerte de ficción que no reposaba sobre nada real…” En efecto, hay ahí, si se quiere tomar todo al pie de la letra, unas inverosimilitudes, que podrían, al menos para quien se atiene a las apariencias exteriores, justificar tal apreciación, y sin duda Saint-Yves había tenido buenas razones para no publicar él mismo esta obra, escrita desde hacía mucho tiempo, y que no estaba verdaderamente a punto. Hasta entonces, por otro lado, no se había apenas hecho mención en Europa del Agarttha y de su jefe, el Brahmâtmâ, sino por un escritor muy poco serio, Louis Jacolliot (2), del cual no es posible invocar la autoridad; pensamos, por nuestra parte, que éste había realmente oído hablar de esas cosas en el curso de su estancia en la India, pero las ha presentado, como todo el resto, a su manera eminentemente fabuladora…”
