La obra maestra de Mateo hirió la sensibilidad poética de Rosalía de Castro con una impresión de humanidad que parece haberse ligado de forma indisoluble a la piedra, el granito hecho música, arte y pensamiento, la ciudad de Dios representada en columnas, tímpanos y arquivoltas por obra de un genio que era algo más que arquitecto y escultor?.