En la década de los 40 viniste al mundo y abriste tus ojos infantiles llenos de ilusiones, contra todo pronóstico, a pesar de las estrecheces, las penurias, las frustraciones y las heridas de la guerra, que tardarían en cicatrizar. Sin embargo, el mundo fue cambiando y tú fuiste testigo de ello. Recorre esos años hasta la emblemática fecha de 1968.