Antes de los siete años, la llamada edad de la razón ¿los niños mienten? Es cierto que fantasean, intentan darse importancia o evitar una situación que les molesta. Pero rara vez pretenden engañarnos conscientemente. Sobre todo, creen en la verdad de lo que nos dicen: el mentiroso es víctima de su propia mentira.Con la autenticidad con la que consiguió que su libro sobre los celos, publicado en esta misma editorial, fuera un éxito, la autora nos propone ver cómo la mentira puede servir al aprendizaje de la realidad del niño pequeño. Todos los ejemplos apuntan a que sólo siendo coherentes (en nuestras palabras y en nuestros actos) le ayudaremos a entablar relaciones auténticas, y a confiar en nosotros y en su entorno.