Pocos son los que en público se atreven a hablar de los abusos que en materia de arte se dan en nuestra sociedad, normalmente amparados en las ya viejas vanguardias del siglo pasado. Sin embargo, en privado, son muchos los que van hartándose de la imposición de prejuicios, de un academicismo postvanguardista que vive demasiado de rentas de la anterior centuria y que no tiene sentido en el caos estético heredado de ese mismo período. Estas páginas apuntan en una misma dirección: crítica de la teoría del arte hoy imperante y moribunda, herida gravemente pese a su hegemonía, por un lado, y por otro, la mirada al futuro, es decir, la reedificación de una estética con raíces hondas, elástica y abierta, rejuvenecida, capaz de crear nuevas teorías del arte. Para enfrentarse a los escombros dejados por los nietos de las ya vetustas vanguardias, sin embargo, no se rechazan sus hallazgos ni se deja de mirar al pasado remoto, sino que se retoman aquellos puntos de vista a la luz de otros más actuales y se combinan con los nuevos desafíos de la mano de nuevas tecnologías o de técnicas tradicionales, indiferentemente. El objetivo: perseguir los fundamentos de una nueva teoría del arte que pueda ser más útil a la humanidad en el tiempo presente y en el futuro.
