CLARIBEL ALEGRÍA es una de las grandes voces de América. Todo el clamor, la exuberancia, la emoción, el dolor, la rabia, la queja, la impotencia, la selva, el sol, los ríos, el desgarro, la luz, el amor... todo lo que compone su América Central habita su palabra. VÍA ÚNICA es un poemario que alcanza emociones intensas, conmovedoras, porque se fundamenta, como toda su obra, en una poesía verdadera, cortada al hilo de la vida, inquebrantable en su estética vital. _ Té con las tías abuelas Hay un tema de oboes: tres notas juguetonas de las tías abuelas. Uno tras otro sus rostros de duende se repiten. La señorita Soto irradiaba el hastío. Como una brisa insípida paseaba su mirada por los estudiantes, por las verduleras de grito plañidero. En esa infancia, en mi crisálida de sonidos, de paredes de adobe, de gestos familiares, era fácil ser yo. Aprendí a ser florero, a tocar valses de Chopín con un desgano anémico. Las damajuanas despóticas me ablandaban, me modelaban. Detrás de los ojos de don Chico, detrás de su perfil de barro crudo, adivinaba un vuelo de azacuanes; su lejano alboroto señalándome el cambio de estación. Algunas voces quedan: rincones que no me atrevo a explorar, pálidas fieras que me acechan, grutas donde caen las gotas del tejado y descubrí en mis juegos. Gota a gota me desnudan los días, se oscurecen los rostros, se me borran mis santos. Es difícil saberme irremediable, estridente de aristas, erizada de mí.
