Soledades, rechazos, identidades fragmentadas, fragmentos de uno mismo sin resolver, preguntas que esperan y esperan: ¿Quién soy? ¿Hay alguien ahí? Meritxell Duran plantea, con el mínimo, los trasiegos de cualquiera hasta llegar a comprender que no hay quien nos entienda. Que no somos capaces de entendernos. ¿Puede un libro como un suspiro dejar el rastro de una huella? Puede.