Este libro –nos dice Ernesto Sabato en su prólogo– está constituido por variaciones de un solo tema, tema que me ha obsesionado desde que escribo: ¿por que, cómo y para que se escriben ficciones? El autor responde a ello en apuntes que tienen algo de “diario de un escritor” y se parecen más que nada a ese tipo de consideraciones que los escritores han hecho siempre en sus confidencias y en sus cartas.