En esta obra se analizan las actividades escolares llamadas normales en su relación con la complicidad de la escuela con la violencia. Epp, Watkinson y el resto de autores piensan que estas actividades forman parte de las razones que llevan al niño al fracaso escolar, y tal vez contribuyan al progresivo incremento del grado de violencia que vivimos en nuestra sociedad. En vez de concentrarse en el desarrollo académico, dicen, las escuelas debieran hacerlo más en el desarrollo personal. La mayoría de las obras que tratan sobre la conducta y la disciplina en las escuelas se fijan en los alumnos. Epp y sus colegas se fijan en las instituciones y se preguntan por el papel que las escuelas pueden desempeñar para intervenir en una sociedad violenta.