El modelo de comunicación aquí propuesto tiene su razón de ser en la democracia participativa. Se trata de un modelo pluridireccional por definición que necesariamente cuestiona las funciones de todos y cada uno de los elementos que forman parte del proceso de comunicación, desde el emisor hasta el receptor, pasando por el canal, el código o la capacidad de feedback. Haciendo propios los términos de Mario Kaplún diríamos que nuestro objetivo es conseguir una comunicación participativa, problematizadora, personalizante e interpelante.