Tres meses después de la boda se mató a sí mismo cuando una enredadera le echó una zancadilla. Mientras yacía agonbizante, bajo un árbol, uno de sus compañeros le preguntó si quería dejar algún mensaje para su esposa. -Sí- dijo Hubert-. Dile que me haga disecar para la pared de la biblioteca, entre el anta macho y el carnero.