A punto de cumplir los doce años, Leticia , huérfana de madre, se traslada con su padre, un militar que acaba de regresar de la guerra de Marruecos, y con su tía Aurelia a Simancas (Valladolid). Allí, la niña, dueña de un talento extraordinario y de sorprendente madurez, recibirá clases de música en casa de Luisa, una mujer hermosa y “mundana” –en palabras de Leticia–, con la que entablará una estrecha amistad. Daniel, marido de Luisa, entra en la vida de Leticia cuando comienza a darle clases para no desaprovechar el gran talento de la niña. En Memorias de Leticia Valle , Rosa Chacel desarrolla de forma magistral la capacidad de seducción de la pequeña Leticia, quien, con perversa ingenuidad, juega con su propia pasión y con las pasiones que desencadena. Esta novela fue galardonada con el Premio Castilla y León de las Letras en 1991.