Lorenzo Vidal cuenta su vida de niño y adolescente a un viejo inspector, al que conoció con ocasión de un homicidio en el que estuvo involucrado. El confidente aborda el argumento de un triángulo amoroso que desequilibra las relaciones de los personajes, los aísla y transforma, destruyéndolos poco a poco. Pero es, sobre todo, una novela de aprendizaje: la iniciación a la vida de un adolescente obligado a recorrer un itinerario existencial. La exploración psicológica opera en este sentido como un buceo en el interior del protagonista, que le permite al narrador reflexionar sobre la realidad y la imaginación, el desengaño y la concepción del mundo y de la vida como exilio.