El misterio del colapso maya ha resultado ser un poderoso imán que ha atraído a investigadores durante los últimos 150 años. Casi todas las explicaciones son intentos sinceros y minuciosos de echar alguna luz sobre la oscuridad que rodea las causas de la catástrofe que terminó con esa gran civilización. Con todo, muchas de las teorías propuestas adolecen de una falla grave: no logran explicar la desaparición de millones de personas. Esta obra plantea argumentos que llevan a la conclusión de que los mayas murieron de hambre y de sed, como resultado de una serie de devastadoras sequías ocurridas durante los siglos IX y X.