Las Cortes de Aragón reunían en torno al rey a eclesiásticos, magnates, caballeros, infanzones y representantes de las ciudades, villas y comunidades de aldeas del reino, es decir, los cuatro estamentos o brazos en que se consideraba dividida su sociedad. El monarca las preside como señor natural y cabeza de una fórmula de gobierno que trata de englobar la voluntad y los recursos de todos.