Jamás nadie podrá acusar a Rebecca Tremaine de ser una jovencita recatada. Es un desastre con la aguja, una calamidad con el pianoforte y está demasiado informada sobre el cuerpo humano, cortesía de los diarios científicos de su padre. De modo que nadie se sorprende demasiado cuando la joven se ve en una posición comprometida con una dandy al que desprecia. Cuando sus padres arreglan un apresurado matrimonio, el único hombre a quien puede acudir en busca de ayuda es Connor Riordan, el mozo de cuadras irlandés de su padre. Nadie sabe que Connor es el quinto duque de Dunbrooke, muerto en acción durante la batalla de Waterloo, y desea que siga siendo de ese modo. Pero un verdadero caballero jamás rechaza a una damisela en apuros. Connor conviene llevarse a Rebecca... mientras eluden a un torpe salteador de caminos, a una intrigante duquesa y la denodada persecución del prometido de Rebecca. Pero pasar tiempo a solas con la hermosa y deseable Rebecca pone en peligro el secreto de Connor día tras día, y a prueba su fuerza de voluntad cada noche. Porque si alguna vez ha existido una mínima posibilidad de que el difunto duque de Dunbrooke regresara de entre los muertos, sería para hacer de Rebecca Tremaine su duquesa...