La alambrada aborda la historia de un joven que decide montar una obra de teatro sobre un caso de abuso sexual acontecido hace años en su familia. Los personajes oscilan entre el verano de 1987, cuando ocurrieron los hechos y las reacciones que tienen en el presente, donde desde una mesa familiar cuestionarán el relato de unos sucesos sobre los que tiene dudas. Son las palabras de la abuela, que hablará de las dificultades que nos pone en el camino Dios, del tío psiquiatra que pondrá en tela de juicio el relato del abusado, o de la tía, que intentará resaltar las cosas buenas que han vivido en el campo y seguir adelante. Mientras tanto, en aquel recuperado verano de 1987, veremos como el protagonista intentará comprender lo que sucede en el campo después de que su padre le diga que su tío Antonio abusa sexualmente del hijo de la empleada del campo. Cómo afecta a su iniciación en la sexualidad, al deseo de ser aceptado y querido por unos mayores que saben lo que sucede y a su relación con Ale, un niño con el que, hasta ese momento, sólo había competido por saber quien jugaba mejor al fútbol. Así, entre dos espacios y tiempos, se irá construyendo una historia de dudas, preguntas y un cuerpo olvidado que se hace presente. Como le preguntará su madre a la abuela: “...¿Cuántos han sido desde que lo sabemos? ¿Cuántos serán después de hoy?...