Desde el primer instante, su sorprendente topografía y su compleja arquitectura nos dejarán fascinados. En la boca de un estuario, erigida sobre siete colinas como Roma, unida por espectaculares puentes, llena de calles que se cruzan y se entrecruzan, atravesada por verdes avenidas y salpicada de espacios naturales protegidos, son múltiples los rostros de la ciudad que Walter Scott bautizó como Emperatriz del Norte. De Edimburgo se dice que es la menos escocesa de todas las ciudades de Escocia. Antigua capital del reino, cuna de la Reforma y sede del Parlamento escocés, aquí se escribió gran parte de la historia del país. Declarado patrimonio mundial por la UNESCO, explica magistralmente ese agitado pasado con su alternancia de períodos gloriosos y episodios sangrientos.