Yo soñaba con tener una libreta para contar, en sus páginas blancas, lo que veía y sentía a mi alrededor. Los niños de la generación del pizarrín crecimos deseando tener hojas de papel en blanco, supimos guardar en nuestro interior las imágenes, olores y sabores de nuestro entorno. Vivimos en la plazuela el placer de escuchar historias y leyendas, lo que en cierto modo nos incitó a la lectura, a la búsqueda de la aventura. Sagrario Núñez