Hace más de dos mil años, los médicos chinos taoístas ya escribían libros francos, explícitos y veraces acerca de la relación entre el amor y el sexo. La concepción que tenían acerca de ello era que hacer el amor resultaba algo necesario para la salud, tanto física como mental, y para el bienestar, tanto femenino como masculino. El sexo no sólo debía disfrutarse, sino que era considerado saludable y preservador de la vida, ya que el coito formaba parte del Tao, del orden natural de las cosas. Esa es la visión que rescata este volumen al dar cuenta de los principios básicos del taoísmo erótico: - Actividad sexual frecuente. - Relaciones carnales que se extiendan el máximo tiempo posible. - Placer prolongado en la medida de lo practicable. - Interés por parte del hombre en que la mujer quede completamente satisfecha. - Importancia del control de la eyaculación y del ahorro de semen