Naturaleza, voluntad y arte son las veredas del espíritu por las que el autor nos conduce, en este fascinante viaje, al corazón mismo de la filosofía del siglo XIX, falsamente tildada de irracionalista, para mostrarnos una lógica más ferrea y exigente que la de la razón: la de la voluntad, que concibe al ser como puro deseo orientado a un fin.