Com ácido impulso y humor tierno, Luisa Valenzuela realiza un profundo retrato de la intimidad de fines del siglo XX, como si investigara los espacios invisibles que unen a las personas en los sitios más inesperados. A su vez, registra el pasaje del tiempo (la extrañeza, el decubrimiento) en aquellos que se fueron del país portando un secreto, y volvieron distintos, sin olvidar nada de lo que perdieron.