Insólito libro en la actual narrativa española, Sistema lunar , de Marta Echegaray , es -como dice en su epílogo Enrique Badosa- un libro en tres partes. O tres libros en unidad de esenciales significados, de feliz voluntad de estilo, de intención estética tan lograda. La obra la componen tres aproximaciones a otras tantas incógnitas -no por cotidianas menos misteriosas- como son el pensamiento, la muerte y el amor. Así, Inciértico explora el soberbio poder de la mente, inútil frente a la arbitrariedad de la palabra. La muerte en su forma armoniosa de regreso a la naturaleza conforma la parte central del tríptico titulada Amén la Real . Y por fin en Sistema lunar , obra que da título al libro, asistimos a la fuerza irresistible del primer amor, capaz de materializarse para conseguir su objetivo. Nada es realmente definitivo en esta trilogía novelesca de enorme imaginación verbal y poética, que algunos verán como una literatura del nonsense a la española. Cada lector lo interpretará de distinta manera. Pero al final -y esto es lo que cuenta-: alguien piensa, alguien muere y alguien ama.
