No ha sido fácil. Nos hemos visto obligados a recoger experiencias de los rincones más recónditos y sorprendentes, de los barrios altos y el lumpen más underground, pero lo hemos conseguido. El jueves, consciente de las necesidades de sus lectores, asumió como propia la iniciativa de la pedagogía del sexo, y desde el principio derramó su experiencia y llegó a extremos insondables, todo con tal de mostrar la verdad a unos lectores que estaban en la inopia. No nos lo agradezcan, lo hicimos por voluntad propia y con espíritu de sacrificio, porque para El jueves lo más importante es la educación sexual de sus lectores. Este libro da fe de ello.