La mesa árabe otorga protagonismo a la palabra coloquial, y los juegos del paladar terminan acompañándola como una música de fondo. Hasta el ritual del anÃs cortado con agua y hielo tiene ese mismo sentido: no está hecho para apagar un fuego sino para encenderlo suavemente y convertirlo en una lumbre que estimula la comunión y la alegrÃa.Abdala vive la vocación culinaria como una profesión exigente. Es cierto que su ingenio no se detiene y crea, sin cesar, nuevos espacios para el despliegue de la fantasÃa gustativa. También incursiona en fórmulas olvidadas que actualiza y compara con las suyas propias. Abdala Edi es un innovador que no rompe con una tradición milenaria sino que se incorpora a ella para liberar sus bellos jugos y darles nueva vida. Prueba de ello es el contenido de Pasión por la Cocina árabe.