Nívea , en su autobiografía, tiene un diálogo constante con los seres que ama: su padre, siempre presente en su memoria, su madre, tan vital como ella misma, sus hijas, el portugués, su marido y su amante. Y ese diálogo –siempre riquísimo- es su mejor arma. Las palabras dichas desde el corazón son siempre el mejor bálsamo para el dolor, y de eso Nívea sabe un rato. Y ese dolor que tan valientemente sabe superar es el origen de este libro que amorosamente pone en tus manos. Es la vida entera puesta como la nieve ante los ojos, pero donde sólo brilla la blancura. De ti depende, lector desconocido, aprovecharse de unos valores que, por intemporales, siempre son actuales.