No sería exagerado afirmar que durante el S.XIX más de medio millón de asturianos, gallegos, castellanos, vascos, manchegos y extremeños, entre otros, dejaron España para buscarse un modo de sobrevivir en América. El destino solía ser Cuba, Argentina, México, Uruguay. Allí dejaron una herencia cultural, un riquísimo patrimonio arquitectónico, sus apellidos. En muchos casos, sus esperanzas. La mayoría de quienes lo intentaron sólo lograron el fracaso; o bien ganar apenas el suficiente dinero para sobrevivir. Sólo unos pocos fueron los triunfadores, los que volvieron a España con una buen casa, servicio, dinero para deslumbrar a los conciudadanos de una España que estaba en una profunda crisis, y alegría de vivir; eran los indianos, tan admirados como odiados.