El poder penal internacional creado por el Estatuto de Roma constituye un tema actual, multifacético, cautivante y conflictivo. El texto se refiere, en clave crítica, a los problemas políticos, jurídicos y prácticos fundamentales de dicho sistema, de cuyo correcto tratamiento técnico depende la legitimidad del poder punitivo de la Corte Penal Internacional y la credibilidad de su actuación concreta. Se trata de un estudio hecho con la mirada puesta en los cánones de una cultura penal universal para la cual en las formulaciones y juicios en torno de los instrumentos concretos del poder penal no hay excepciones o distinciones fundadas en la propia ideología, en aspiraciones personales, en la naturaleza particularmente atroz de los hechos o en el nombre de los responsables, pues en la cuestión de los fundamentos del poder penal internacional y su forma efectiva de ejercicio se juega el prestigio del derecho como instrumento democrático tendente a garantizar, con una autoridad fundada en el respeto de sus principios, una convivencia pacífica y de calidad entre personas, pueblos y países.