En sus libros Arnaud Desjardins muestra cómo la sabiduría tradicional, la de todos los tiempos y lugares, puede transformar nuestras vidas de occidentales contemporáneos. Esa sabiduría esclarece también la correlación, demasiado a menudo dolorosa, entre hombres y mujeres. El sentimiento de frustración nace, más que nada, de la soledad afectiva y de los fracasos amorosos. La unión de un hombre y una mujer podría ser una fiesta permanente de novedad y maravilla, pero ello requiere un corazón de niño llegado a la plena madurez del adulto capaz de comprender, actuar, dar y recibir. Es la sencillez de una vida amorosa satisfecha lo que, más que cualquier otro logro, hace la felicidad de la vida.