Este libro analiza de qué modo la incorporación de la escritura a la acción de gobierno dio lugar a formas organizativas que preludiaban la modernidad. El rey Pedro IV empleó la escritura, en ámbito privado, para ponerse en contacto directo con sus familiares, otorgando a los textos proximidad e intimidad. Este carácter personal pronto se trocó en autoridad cuando trascendÃa el cÃrculo privado y transmitÃa el mandato regio a una comunidad más amplia de interlocutores, sus súbditos, aquellos que no podÃan, por la distancia, escuchar directamente la voz del rey.