Frustación, estrés, irratibilidad, desánimo, cinismo... Éstas son algunas de las emociones que experimentan millones de personas. Tanto si son conscientes de ello como si no, no están originadas por una actitud negativa, sino que son parte de los síntomas de un trastorno llamado distimia, también conocido como descontento crónico o depresión leve, que inhibe las sensaciones de felicidad, contento y pasión, dejando en su lugar vacío, falta de sentido y desesperación creciente.