El genial Quino aplica su talento y su mordaz sentido del humor al análisis de nuestro presente polÃtico y social, y la conclusión a la que llega ya se anticipa en el tÃtulo. El humor sirve en este caso de herramiento para diseccionar el mundo que nos rodea, con dignidad y lucidez, y también, con la habitual ternura que caracteriza a Quino, para poder reflexionar sobre nuestro impresentable presente sin por ello perder la sonrisa.